¡Feliz, Cristiana y Austera Navidad!.
Me decía un amigo en hace más de diez años que con el tiempo desaparecería la fiesta de la Navidad. Él argumentaba su aseveración basándose en la continua y cierta desecularización de occidente: falta de fe, falta de vocaciones, laicismo galopante... y, claro, sus palabras me han rondado la mente todos estos años, sin poder darle una respuesta clara y, de verdad, que por fin ya sé lo que le voy a responder. Adelanto aquí la respuesta.
La Navidad, la Natividad de Nuestro Señor Jesucristo, Su venida al mundo haciéndose niño, es una fiesta cristiana celebrada por todos lo seguidores de Cristo -católicos, evangélicos, ortodoxos, etc-. El significado de esta fiesta es mucho más profundo e importante del que habitualmente se cree. El día de Navidad, nos nace el Salvador, no sólo del mundo, sino de nosotros mismos. Cristo, con Su nacimiento, nos dice que la Esperanza nace en nuestro corazón, en el corazón de cada ser humano; en el tuyo y en el mío. Trato de decir con esto que en el cristianismo, y más en concreto en la Iglesia Católica, nunca va a desaparecer esta fiesta. Y no sólo por tradición, sino por el hondo valor teológico y espiritual que posee. Por eso, por mucho que el laicismo vaya ganando "adeptos", la sociedad se secularice, se pierda la fe y la religión se reduzca a lo que es el ámbito familiar -miedo me da imaginar un futuro así-, siempre se celebrará la Navidad. Al menos la celebraremos los cristianos.
Sin embargo, la Navidad siempre va a estar ahí. Aunque sea por puros intereses comerciales y mercantiles. Por mucho que la Navidad pierda su verdadero sentido, para esta jodida sociedad materialista y consumista la Navidad es una estupenda escusa para consumir. Quizás, sea la mejor escusa. Y, por lo tanto, no interesa que la Navidad deje de celebrarse.
Es triste. A la Navidad se la vacía de todo lo realmente importante. Se celebra una Navidad sin Dios; sin invitar a Jesús a Su cumpleaños. Los medios de comunicación embotan, conscientemente, nuestro entendimiento durante estas fechas -si ya hasta se mofan de Papá Noel en los anuncios televisivos-, para ocultarnos la verdadera dimensión de estas fiestas. Porque si la mayoría fuéramos conscientes del fundamental hecho que celebramos en Nochebuena, viviríamos la Navidad como a Cristo le gustaría que lo hiciéramos: con Alegría, Felicidad, Esperanza... y Austeridad. Y, claro, esta última palabra -y virtud- no casa bien con el consumismo. ¡Ahí le duele al Sistema!. Esa es la clave.
Con mis sinceros deseos para estas fiestas, disfrutad de una Feliz, Cristiana y Austera Navidad.
Mad-about-God
1 comentario
creditos -
Si toda religión tiene sus fundamentalistas -cosa muy discutible-, también el laicismo tiene los suyos.
En España están bien representados por la CEAPA (confederación laica de padres de alumnos) que cuando oyen hablar de religión en la escuela desenfundan. Han estado en pie de guerra ante la creación en el currículo en el que se contemple el "hecho religioso" en dos modalidades alternativas, a elección de los padres: la clásica asignatura de Religión o bien un estudio no confesional del hecho religioso.
Cualquiera diría que hoy existe una presión religiosa en la escuela, cuando lo que destaca a todas luces es el desconocimiento religioso, incluso entre alumnos que han estudiado religión.
Y ahora que en España hay mayor presencia de otras religiones no cristianas es necesario que todos sepamos algo más del hecho religioso. Tal vez la CEAPA piensa que la ignorancia favorece la tolerancia. Pero más bien, la ignorancia, suele ser el caldo de cultivo del recelo y del enfrentamiento.
Carlos Menéndez
http://www.creditomagazine.es