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revista contra el pensamiento único

EL GENERAL (THE GENERAL)

EL GENERAL (THE GENERAL)

1998. GB/IRL. Drama. Director: John Boorman. Intérpretes: Brendan Gleeson, Jon Voight, Angeline Ball, San McGinley... 122 min.  

"El General" era el apodo que tenía Martin Cahill famoso ladrón norirlandés asesinado por el IRA. El director de esta película, John Boorman (A Quemarropa, Zardoz, Deliverance, Excalibur...), que incluso fue robado por el propio Cahill, nos muestra cómo fue su vida y como se forjó su leyenda. En propias palabras de Boorman "...robaba, no para lucrarse, sino para demostrarse que podía llegar más lejos que otros". Efectivamente, Cahill fue capaz de dar un golpe con éxito en una prestigiosa joyería del Ulster, donde anteriormente los terroristas del IRA habían fracasado. Esto unido a que la policía fue incapaz de demostrar que Cahill estaba detrás de numerosos robos, algunos muy sonados, le valieron la admiración de unos y el odio de otros. Su asesinato bien pudo perpetrarse con la connivencia de la policia británica, como aseguran algunas fuentes.

 John Boorman rodó esta película en 1998 un tanto obsesionado por el personaje. Para encarnar a Martin Cahill eligió a Brendan Gleeson, actor, también, norirlandés, cuya actuación es sencillamente soberbia. Ignoro cómo sería "El General" realmente, pero si fuera como lo encarna Gleeson, debió ser un tipo con una personalidad arrolladora, inteligente y muy independiente... por no decir anarquista. Hizo lo que le dio la gana, se mofó de terroristas, nacionalismo, políticos, policías e incluso del matrimonio y de la Iglesia. Cahill encabezó una guerra de "nosotros" contra "ellos". Para él, los suyos (familia, amigos y compañeros) eran los más importante. Se ganó el afecto y respeto de sus hombres; sin embargo, no dudó en crucificar a uno de ellos en una mesa de billar cuando sospechó que le engañaba. Tipo de contrastes el tal Cahill: padre amoroso con sus hijos, honesto y leal cabecilla de una banda de ladrones, no de un grupo mafioso (como él cita en la película: "no somos unos jodidos italianos"). Pero también, cuando se lo propuso, fue duro y cruel. Es por ello, que resulta fácil que el espectador se identifique con el personaje, y en ciertos momentos llegue a odiarle.

 En cuanto a la película en sí... se trata de una película fácil de ver y de seguir, sin altibajos en el ritmo. Yo me divertí mucho, todo hay que decirlo, pues no perdí el interés en ningún momento del film. Aunque, el ritmo se ralentiza al final de la cinta, para crear en el espectador cierta desazón ante el desgraciado desenlace final.

 Es buena película. De verdad. Dos horas de buen cine, con un planteamiento muy sencillo, sin barroquismos, ni artificios. Cine en estado puro, pues se nos cuenta una historia. La historia desmitificada de un hombre que le plantó cara a la vida y que escribio su propio destino.

Kameraman.

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